sábado, 6 de agosto de 2011

EL JARDIN DE LAS PIEDRAS

Mis estimados lectores ahora los voy a llevar por un viaje al pasado, presente y futuro de un lugar cercano al pueblo de Mazamitla, de hecho cada fin de semana lo hago físicamente como guía de turistas en un camión de una excelente empresa. En mis recorridos comienzo por hablar del presente de Mazamitla, sigo con un poco de historia, de la época de los cristeros de hecho, el personaje principal es un gavillero de nombre Martin Toscano. Dicen que robo tanto oro por el camino real a Colima que el día que su hijo nació, una partera fue traída a ciegas y sobre un caballo a galope pera recibirlo desde Sta. María del Oro. Mientras le aluzaban en la cueva donde J. R. Toscano nació, el oro resplandecía hasta el techo y de pared a pared. El pago por sus servicios fue que el mismo Martin Toscano llenó su reboso con suficiente oro para durarle toda su vida.

La ubicación de la enigmática cueva de Martin Toscano es desconocida, pero una familia, cada jueves santo a pesar del cansancio por trabajar todo el día, después de haber quemado estiércol de vaca en las primeras horas de la mañana, que para que se aparezca el oro, salen a las doce de la noche, por su rancho aluzados por la luna llena y gritan, “Martin Toscano, muéstranos el oro.” En varias ocasiones me comentan que se han visto los fuegos fostúmos o apariciones de incendios que se desvanecen tan rápido como aparecen y son la señal del lugar del tesoro enterrado, aun en su cueva, donde al ser explotadas las entradas queda esperando a que la persona correcta llegue a reclamarlo. Otra aparición es la de una vaca fantasma que al ser sacrificada par que se guardase el oro en su cuero, amenaza correteando a los que se acercan demás.

Pero aunque esta familia no encuentre nunca el tesoro de Martin Toscano, ya tienen un verdadero tesoro en sus manos. La familia Pulido, cuyo patriarca es el señor Rafael Pulido Pérez junto con su bella esposa y sus once hijos han aprovechado al máximo el rancho de 200 hectáreas que le heredo su padre. Desde el estacionamiento de el negocio que juntos trabajan que alguna vez se utilizó como un Veladero en el cual velaban a los muertos de la guerra de los cristeros quemando ocote, hasta la enorme barranca donde una tirolesa de un kilometro trescientos metros la atraviesa, y el fraccionamiento que sus hijos mayores están lotificando. Su bellísima cascada con flora y fauna salvaje, y en el campo de gotcha, el muro de rapel, el jardín que rodea las terrazas que fueron construidas alrededor de arboles milenarios y los asadores se encuentra el orgullo de Don Rafael… Su jardín de piedras.

Me comentó Don Rafa que él bautizo el rancho EL PEDREGAL, ya que antes era conocido como EL MANGUITO. En él se encuentra un banco de piedra laja color azul plomo con diminutos fósiles de crustáceos color morado de eras prehistóricas que se está utilizando para los caminos del parque y del fraccionamiento. “el colocar las piedras erectas en el jardín fue una puntada” dice Don Rafa. “la verdad es que las escojo por que veo una figura en ellas, como la que parece una foca o la del elefante. También tengo unas que son idénticas y las puse a la entrada de la nueva sección del parque que estoy por abrir como si fueran arcos.” Cuando le pregunte ¿Qué sentía al encontrar una de sus fascinantes piedras y al colocarla en el jardín? Me respondió sin pensarlo. “con cada piedra siento un logro tremendo, cada una es una meta más, y al cumplirla me preparo para la siguiente meta. Las metas seguirán hasta que Dios me preste vida.” Sus hijos son una familia cariñosa, que se ve en su educación y respeto que fueron criados por una gran pareja son muy generosos con los empleados del parque y en los rostros de estos se ve que existe un buen ambiente de trabajo. En cuanto a sus clientes, ellos siempre quedan fascinados al entrar ahí y pasear por los jardines entre las piedras e incluso sentarse en algunas que tienen forma de tronos mientras se animan a hacer algún deporte extremo.

En lo personal mi actividad favorita ahí es el saludar a Bambi, como he bautizado al venadito cola blanca que vive en este mundo de aventuras. A él le fascina lamerme la mano cuando lo saludo y veo que a todos se les ilumina el rostro al poder entrar en contacto con un animal tan mágico como lo es el venado. De hecho la palabra náhuatl mazatl, eso significa y a pesar de la casi extinción de este bello animal, aun podemos apreciarlos gracias al esfuerzo de personas como Don Rafa que planea comprarle a Bambi unas esposas haciéndole el sultán de propio harem y dedicarles un pedazo del rancho para que se puedan reproducir. Insisto, el bosque y los parajes, las leyendas, los animales y la gente que comparte esto con el visitante son los elementos de la verdadera magia del pueblo.

Su amiga en Mazamitla PALOMA ARAU

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